miércoles, 28 de marzo de 2012

EL SECRETO ESTÁ EN LA MASA (EMPANADILLAS CASERAS)




Hacía tiempo que quería hacer unas empanadillas caseras para picotear el domingo al sol, a la hora del aperitivo y creo que me salieron ricas-ricas por que hice una docena y no quedó ni una. Eso sí, con unas cervecitas fresquitas mientras los niños jugaban en la playa.

 Necesitareis:

 Para la masa.

 500 grs. De harina
 225 CC. De agua tibia
 125 CC. De aceite de oliva
 1 cucharada pequeña de levadura liofilizada
 1 cucharada pequeña de sal

 Para el relleno:

 1 bote pequeño de tomate troceado
 2 botecitos de cebolla y calabacín “Hida”
 2 latas pequeñas de atún en aceite
 1 huevo duro
 Aceite para  sofreír
 1 cucharadita de azúcar
 1 huevo para pintar la masa

 Como hacerlo:





Para la masa, poner en un cuenco amplio la harina la sal y la levadura. Mezclar el agua tibia y el aceite, hacer un hueco en la harina y verterla. Amasar bien hasta que quede homogénea y se despegue del cuenco. Sobre la encimera amasarla un par de minutos más, ponerla en el cuenco, taparla con papel film y dejarla reposar en un sitio templado un par de horas.

 Mientras, abrir el bote de tomate y escurrir bien el jugo.








En una sartén con aceite poner a sofreír el tomate.






 Cuando esté casi hecho añadir el azúcar






 Añadir el sofrito de cebolla y calabacín y mezclar bien






 Echar entonces el atún dar un par de vueltas y retirar del fuego.






 En un escurre verduras poner la fritada sobre un plato con papel de cocina para que escurra la mayor cantidad de aceite posible.









 Añadir el huevo duro bien troceadito y mezclar.








 Poner la masa en la encimera y extenderla con le rodillo. Con un aro (o similar) cortar redondeles de unos 10-12 cm de diámetro, poner en el centro una cucharada de relleno, pintar los bordes con huevo batido y doblar por la mitad.
 Repulgar el borde para que no se salga el relleno y ponerlos en la bandeja del horno.
 Pintarlos generosamente de huevo y meterlos al horno a 150º unos 20 minutos Hasta que se vean doraditos)

 Y ¡hala, a disfrutar!

Nota : se me olvidó hacer las fotos de los pasos de la masa.

viernes, 23 de marzo de 2012

CAPONATA ON MI WAY




Me encanta rehogar verduras y probar distintas combinaciones,  colores, sabores y texturas. Con diversos condimentos y adicciones, tales como vinagre, salsa de soja, picante, miel, etc.…

 El otro día tenía en la nevera un pimiento verde y una berenjena, amén de unos tomates muy ricos que había comprado mi chica y llegué del súper con unos solomillitos de pollo y una bandeja de champiñones. Con eso y una cebolla hábilmente extraída del verdulero, me marqué una caponata, pisto, pipirrana o lo que sea que aderezado con una cucharada de fino y otra de vinagre tinto me quedó de lo más rico.





Necesitareis (para 2-3 personas):

 1 cebolla
 1 berenjena
 1 pimiento (verde o rojo)
 12 champiñones medianos
 2 tomates pelados
 4 cucharadas de aceite de oliva
 1 cucharada de vinagre
 1 cucharada de fino
 Sal, pimienta, orégano y romero






 Como hacerlo:

 Cortar todas las verduras en trozos como de bocado. Poner el aceite a calentar en una olla y echar la cebolla. Salar.






 Cuando esta comience a transparentar echar el pimiento y remover.






Cuando el pimiento empiece a ablandarse echar la berenjena y salar de nuevo.






 Añadir el tomate.






Añadir los champiñones  y cuando empiecen a ablandarse, echare las especias, el fino y el vinagre. Dejar consumir un par de minutos, apagar y tapar la olla para que absorba los aromas.










Servir como plato único o acompañado de lo que se quiera.



 Lo tomé con un tinto de Toro muy rico.

domingo, 18 de marzo de 2012

LA SEQUÍA.

Mi hermano tenía razón, la falta de lluvia ha hecho que la mayoría de las  especies silvestres se hayan retraído hasta el punto de no brotar. Han reabsorbido sus nutrientes para mantener las raíces intactas y esperar tiempos mejores para dar frutos.
 Hoy he subido a la Serra Grossa y las matas de Tápenas estaban prácticamente secas. Apenas unas pocas hojitas (las justas para la fotosíntesis) y lo demás, ramas secas.

 Estas cuatro miniaturas es lo único que he encontrado.

 Bueno, ya vendrán tiempos mejores

lunes, 12 de marzo de 2012

BEGUIN THE BEGUIN




Cuando uno ha pasado por el duro trance de un virus intestinal, pero ya ha conseguido parar el primer golpe, se encuentra mejor y, estando harto de arroz blanco y patata pisada con aceite, le apetece algo con más enjundia aunque sin echarse  directamente en los brazos del chuletón de Ávila.

 Para esos casos hay una técnica muy socorrida y saludable que es cocinar al “Papillotte” o al “Cartucho” en plan paisano. Técnica que consiste en meter los ingredientes salpimentados y con un chorrito de aceite en un paquete de papel de aluminio bien cerradito e introducirlo en el horno.

 El viernes, después de estar un par de días “liberando a Willy”, saqué del congelador unas chuletas de lomo y las empapillotté con una guarnición de verduras de esas que te quedan en el Freezer el día antes de ir al mercadillo semanal y la verdad es que el invento salió rico.

 Necesitareis (para 2 personas):

 3 ó 4 chuletas de lomo (u otra carne)
 1 cebolla
 1 patata
 1 tomate
 1 manzana
 2 ramas de apio
 Sal, pimienta y aceite de oliva.





Como hacerlo.

 
Pelar y cortar las verduras en trozos medianos (las redondas en octavos y el apio en trozos de tres dedos)






 En una bandeja de horno, poner una hoja de papel de aluminio el doble y medio de larga que la bandeja.






Poner una capa de verduras y encima la carne, salpimentar.






 Cubrir con el resto de verduras, salpimentar y echar un chorrito de aceite.






 Cerrar bien el paquete, con los pliegues para arriba para evitar que se salgan los jugos.

 Al horno, media hora a 180, abrir y emplatar










OJO al abrir, los vapores de dentro del paquete queman como demonios.

jueves, 8 de marzo de 2012

EL VIRUS. (O LO QUE SEA)

No soy persona de lujos. No me van los cochazos, ni las motos, ni los gadgets ultra caros, ni las teles de plasma de 50 pulgadas, ni la ropa de marca. Quizá el único capricho en el que no me duele gastarme una pasta es la comida. Me encanta comer bien y no me duele dejarme un pico en unas gambas a la plancha, un buen ibérico de bellota o un solomillo de buey.
Por eso hoy, que me hallo ante un plato de arroz blanco y unas tristes lonchas de jamón de York, por culpa del virus que anda pululando por ahí y que me ha dejado el estómago vuelto del revés, me acuerdo de un chiste del Miguelito de Romeu que decía que el penúltimo placer del ser humano es la gastronomía y el último, recordarla.

¡¡¡QUIERO MORCILLA DE BURGOS!!!