lunes, 9 de enero de 2012

UN SAMEDÍ A LA CAMPAGNE




 La comida siempre es mejor en compañía. Y si esa compañía es agradable y numerosa, el plato más sencillo se convierte en una fiesta para los sentidos.
 En casa de mis cuñados (los del solomillo) se practica una modalidad de comida que sería algo así como ¿porqué no pillamos algo y unas cervezas? Que se desarrolla de la siguiente manera:

 El amigo X va a casa de mi cuñada, al campo, a ponerle unas baldas y sube con su mujer y su hija pequeña. El amigo Y se pasa por allí a arreglar la bicicleta. El amigo M, que es como un tío postizo de los niños aparece a jugar con ellos. Entonces mi cuñada dice; Oye, ¿porqué no llamo a mi hermana para que recoja a mi padre y se suban a tomar el sol que hace muy buen día? Entonces alguien dice; Oye, ya si eso compramos algo a escote y comemos aquí todos. A lo que François, el amigo Y, dice que a el le salen unos macarrones muy buenos. Dicho y hecho, se envía una expedición al pueblo a comprar las viandas y el bebercio y el amigo Y, se marca unos macarrones gratinados que, entre que salen buenísimos y que nos los comemos pasadas las tres de la tarde, no dejamos ni el fondillo.

  (Pido disculpas por la mala calidad de las fotos, pero las hice con el móvil)



  Necesitareis: (para aprox. 11 personas)

 
  2 paquetes de macarrones de los gruesos.
 ½ kilo de bacón ahumado
 4 cebollas grandes
 1 y ½ botes grandes de tomate triturado.
 8 cucharadas de aceite
 2 paquetes de queso rayado para gratinar (en este caso Mozzarella)
 Sal y pimienta.









Como hacerlo:

 Se pican las cebollas y se ponen a dorar con el aceite a fuego suave, removiendo para que vayan sudando y queden doraditas.







Se corta el bacón en tacos y se añade a la cebolla y se sigue removiendo hasta que quede tostadito, tostadito.










 Entonces se vierte el  tomate y se deja hacer hasta que reduzca y esté bien frito.










Mientras se cuecen los macarrones, se escurren y se ponen en una fuente de horno. Se vierte por encima la salsa y se cubren generosamente de queso.

















Se mete al horno a gratinar hasta que haga costra tostadita.









Se saca y se disfruta en compañía, en un día de sol de Enero.

jueves, 5 de enero de 2012

SALSA, SALSA, YO QUIERO SALSA, SALSA.





Último capítulo del aprovechamiento del cocido con una salsa a la que le da su gracia el suculento caldo del  puchero. Aderezando un producto que en esta casa de poco comedores me sale a cuenta. Los filetes de pechuga de pavo. Salen jugosos y se comen enteros, no tienen desperdicio.

 Necesitareis:

 5 ò 6 filetes de pavo.
 1 cebolla.
 2 dientes de ajo.
 2 vasos de caldo del cocido.
 1 vasito de vino blanco.
 1 chorrito de salsa de soja (opcional).
 3 ó 4 cucharadas de aceite de oliva.
 Sal y pimienta.







 Como hacerlo:
Salpimentar los filetes y ponerlos en un cuenco grande.

  Picar la cebolla fina, añadirla al cuenco.

 Echar el vaso de vino y el caldo y dejarlo macerando en la nevera un par de horas.







 Sacar los filetes, escurrirlos y ponerlos aparte.







 Colar el caldo, escurriendo bien la cebolla







En una sartén dorar en el aceite un par de ajos picados.

Echar la cebolla y pocharla hasta que esté blandita.







Añadir (si se desea) la salsa de soja y remover hasta que ligue.








Añadir el caldo y subir el fuego hasta que reduzca a la mitad.








Pasadlo por la batidora y  reducir un poco más, (que quede espesito).








En una sartén grande dorar los filetes vuelta y vuelta.








Volcar la salsa por encima, tapar y dejar hacer chup-chup unos 5 minutos.















MUY RICO, OIGA.

martes, 3 de enero de 2012

EL DÍA DESPUES…( ARROCITO DE COCIDO)




El cocido, plato abundante donde los haya. Tanto, que muchas veces no sabes que hacer con tanta comida y te tiras cuatro días comiendo los restos en múltiples y variadas preparaciones. Hoy he hecho un sabroso y muy socorrido arroz de cocido en el que se pueden incluir todos los restos que se deseen.
 Yo he puesto carne de jarrete, pechuga de gallina, pelota de relleno, garbanzos, patata y zanahoria. Vamos, pura dieta mediterránea, en todos los sentidos.






 Necesitareis:

 Restos varios del cocido
 Arroz senia o bomba. (1 tacilla por comensal)
 Caldo del mismo cocido. (2 cazos por tacilla de caldo)
 1 tomate
 1 diente de ajo
 4 cucharadas de aceite
 Sal, pimentón y pimienta.






Como hacerlo:

 Cortar los restos del cocido (menos los garbanzos) en trocitos de bocado, reservar.

 Poner el aceite en la sartén, cortar el ajo en láminas y dorar en el aceite.






 Rallar el tomate y sofreír






 Añadir una cucharadita de pimentón y rehogar, cuidando de que no se queme.






Agregar el arroz y cocinarlo para que se impregne bien y se dore.






Volcar los restos del cocido y darle unas vueltas.






Añadir el caldo y subir el fuego a tope.






Cuando arranque a hervir, diez minutos a fuego fuerte y cinco a fuego suave.






Del naranjal a sus labios.










lunes, 2 de enero de 2012

LA SEGUNDA OPORTUNIDAD (CROQUETAS DE POLLO)





 ¿Qué es lo más socorrido de hacer con los restos de pollo?, croquetas. ¿Qué es algo que gusta a todo el mundo y se pueden comer calientes o frías?, croquetas. ¿Qué hice yo con los restos del pollo de nochevieja?, pues eso, croquetas.

 Lo único difícil de esta receta es cogerle el punto a la bechamel. Que quede ligada y sin gurullos, para que luego al freírlas no se despanzurren. El truco consiste en cocinar un poco la harina con la grasa y la cebolla y  en añadir la leche en tres tandas, removiendo con las varillas para que no salgan grumos. Al principio cuesta un poco, (yo he tenido que tirar más de una bechamel llena de indestructibles gurrullos del tamaño de pelotas de pin pon) pero cuando le coges la maña todo va sobre ruedas. Vamos a ello.


 
 Necesitareis:

 Restos de carne. (O una pechuga cocida)
 1 cebolla
 2 cucharadas colmadas de harina
 1y1/2 vasos de leche
 4 cucharadas de aceite
 20 gramos de mantequilla
 Sal, pimienta y nuez moscada

 Para el rebozado:

 2 huevos
 Pan rallado





 Como hacerlo:

 Desmenuzar la carne, desechando pieles, ternillas y partes oscuras.

 Pasarla por una trituradora, reservar.







Cortar la cebolla muy finita y rehogarla en el aceite y la mantequilla hasta que esté dorada.







 Añadir las dos cucharadas de harina y cocinarla un par de minutos para que pierda el sabor a crudo







 Agregar un tercio de la leche y remover con las varillas hasta que la absorba.








Agregar el otro tercio y proceder igualmente.








Cuando se haya disuelto, añadir el último tercio y cuando se haya mezclado, cocinar a fuego muy suave durante unos cinco minutos, rectificar de sal y añadir la pimienta y la nuez moscada.








Echar entonces la carne, remover un par de minutos y retirar del fuego.








Volcar en una bandeja amplia, extender bien y dejar enfriar. (Para evitar la formación de una costra reseca, pasar por la superficie de la masa un trozo de mantequilla)








Cuando esté fría, con dos cucharas hacer unas “quenelles”, pasarlas por huevo batido y pan rallado y cocinar en abundante aceite o congelar para más adelante.







 Como veis, a mí me han salido más de tres docenas de croquetas, así que salen a cuenta.












viernes, 30 de diciembre de 2011

Y CODILLOS A LA MAR….SALADA.





Siguiendo con los salazones varios hoy os presento un experimento que ya hice otra vez y queda de lo más rico. En el blog “El Comidista” se hacía un roast beef previamente adobado en sal y yo pensé en algo que normalmente se vende ya en salmuera como es el codillo de cerdo. Últimamente, en el Mercadona los venden en fresco en el mostrador de carnicería  y es una pieza que me gusta mucho. Así que compré uno y lo dejé en sal gorda unas 12 horas. Hoy lo he sacado del salazón, lo he enjuagado bajo el grifo y lo he metido al horno, con unas patatas pequeñas enteras con piel, una cebolla partida por la mitad y un generoso chorretón de vino tinto, pimienta y hierbas. Nada más. Y nada menos.

 Necesitareis:

 1 codillo de cerdo fresco.
 1 kilo de sal gruesa.
 1 cebolla.
 6 ó 7 patatas pequeñas.
 1 vaso generoso de vino tinto.
 Sal, pimienta y hierbas provenzales.




                                     




Como hacerlo:
  12 horas antes, ponéis en una fuente un dedo de sal gorda, el codillo encima y lo cubrís con el resto de la sal.











Lo tapáis con un papel de aluminio y lo dejáis en la nevera.








 Ponéis el horno a precalentar a 250º, sacáis el codillo de la sal, lo enjuagáis bajo el grifo y lo secáis con papel de cocina.








 Untáis de aceite una bandeja de horno ponéis el codillo, las patatas lavadas y la cebolla pelada y cortada en dos


















   Regad con el vino, salad las patatas y la cebolla y poned pimienta y hierbas a todo. Un chorro de aceite generoso para terminar







 Tapad bien con una hoja de papel de aluminio y meted al horno a 250º durante una hora.











 Comer a voluntad.