sábado, 22 de octubre de 2011



SUSHI PA TO DIOS
(O UN REGALO ORIGINAL)


Para mi cumpleaños, Pilar, mi chica, me regaló un mini curso de tres horas para aprender a hacer sushi y hoy me he pasado la mañana entre ollas, aprendiendo las bases de este aperitivo japonés.
 Yo ya había hecho sushi en casa un par de veces. La primera cuando me compré en El Corte Ingles un paquete que era un kit para hacerlo, que traía su esterilla y todos los apechusques y la segunda una vez que mi cuñada nos dio un paquete de alga nori que le habían mandado comer en una dieta y dijo que aquello estaba asqueroso a palo seco y se negó a comérselo.
 No me quedaron mal del todo, pero no lograba cogerle el punto al arroz y el rollo, me quedaba algo fofo, así que pensé que me apetecía hacer este cursillito para pillar esos pequeños truquis que no te enseñan los libros ni el internet.




 Pues efectivamente, todo tiene su técnica y al maestro el arroz le ha salido de lujo, así que he tomado muchas notas que pienso poner en práctica muy pronto.



 Son cosas como lavar mucho el arroz para que pierda el almidón, poner igual cantidad de arroz que de agua, poner al fuego el arroz con el agua fría, que el fuego sea fuerte y la olla destapada hasta que arranque a hervir y luego al mínimo 17 minutos con la olla tapada, dejarlo reposar 2 ó 3 minutos, verterlo en una bandeja grande, extenderlo y añadirle el yizu (que es una mezcla de vinagre de arroz, azúcar y sal), y enfriarlo rápidamente con aire (no en la nevera)ya sea con un ventilador o con un abanico y por último taparlo con un paño hasta el momento de usarlo.



También he aprendido por ejemplo que los langostinos para los nigiri (que son como unas porciones alargadas de arroz con pescado o marisco encima) e ensartan en una brocheta para cocerlos y así quedan rectos y se usan mejor.



Otra cosa que nos ha enseñado es la forma que tienen los japoneses de cortar el pescado, que es a contra fibra y resulta más fácil de morder, o también a marinar unos taquitos de atún fresco 20 minutos en salsa de soja y luego otros 10 en aceite de girasol y quedan como un salazón instantáneo que está riquísimo.



Y el truco del almendruco, forrando la esterilla con film transparente, la hoja de alga se queda bien agarrada y puedes apretar el rollo todo lo que quieras sin que se te vaya y te queda compacto, compacto.



En fin, que ha sido una mañana estupenda, rodeado de gente maja, con ganas de aprender y de pasar un rato divertido y a fe que lo hemos pasado.
  ¡Gracias mi amor!

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