HA LLEGADO TU HORA

(2ª PARTE DEL SOLOMILLO DE MI CUÑADA)



Habíamos dejado al solomillo reposando en su lecho de sal gorda y azúcar moreno, plácidamente amodorrado en la nevera. Ha llegado la hora de volverlo a la vida.

 Lo sacamos del frigo, abrimos la tapa y nos encontramos con una especie de melaza arenosa con un aspecto poco agradable. No os preocupéis, los jugos que ha soltado el solomillo han sido absorbidos por la mezcla al tiempo que esta le ha transmitido su adobo y su aroma.

                                    

 Extraemos sin miedo la carne que surgirá como un zombi en noche de Halloween, rezumando la melaza.

Lo enjuagamos bien bajo el grifo de agua fría para quitarle todo resto de sal. Después lo secamos a conciencia con un papel de cocina.

  Entonces, en un trozo doble del mismo papel absorbente, espolvoreamos generosamente pimentón dulce, ajo en polvo y las hierbas que queramos, (en mi caso eneldo y las socorridas hierbas Provenzales)

ponemos la carne encima y enrollamos el papel, presionando bien por todos los lados para que se impregne del condimento.

Sin miedo a pasarnos de condimento, rellenando bien los huecos de la carne.

 Lo cruzamos después con un par de gomas para mantenerlo cerrado y lo dejamos en el frigorífico 3 ò 4 días para que termine de secarse y tome bien todo el sabor del condimento.

Pasado ese tiempo solo nos queda cortar una generosa ración de lonchas e invitar a los amigos acompañado de un buen vino.

       ¡SALUD!