lunes, 30 de enero de 2012

UN POCO DE PASTA BASTA.




Llegas a casa a las 3,15 de la tarde, no hay nada para comer y te dices, “espaguetis”. ¿Pero con qué? Te preguntas. Abres la nevera e improvisas y tiras de truquis para
hacerlo rápido y, mientras se cuece la pasta  te marcas una salsa Express de lo más socorrido.

 Necesitareis (para dos):

 150 grs. De gambas peladas, congeladas
 1 cebolleta tierna
 250 grs. De tomates cherry
 1 vasito de cerveza
 2 cucharadas de aceite
 1 cucharadita de de pan rallado
 Sal y pimienta.

 Como hacerlo:

 Picar la cebolleta y rehogarla en el aceite. Mientras descongelar las gambas en el modo rápido del microondas.





 Salpimentarlas y añadirlas a la sartén.





 Cuando cambien de color añadir los tomates cherry  y dejar que se cocine.





Cuando la piel de los tomates se abra, añadir la cerveza, subir el fuego y dejad que pierda el alcohol y se consuma a la mitad.









Añadir el pan rallado y remover. La salsa espesará al instante. Retirar del fuego y verter sobra la pasta escurrida. Mezclar y servir.

domingo, 29 de enero de 2012

ALVARITO Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE



Imaginaos a cerca de ochenta mastuerzos de 12 ó 13 años en una fábrica de chocolate. Cuesta poco imaginar que los dueños de la empresa se lo pensarían dos veces antes de volver a traerlos. Pues en el año. Aprox. De 1973, los dos cursos de 7º de EGB del colegio San José de Carolinas (el de chicos) fuimos de excursión a La Vila Joiosa, a visitar la fábrica de Hijo de Marcos Tonda, que entre otras especialidades elaboraba las chocolatinas “Buana”, golosina sin par de aquellos años del tardo franquismo.

 Para ser conductor de primera, acelera, acelera. Cualquier cosa que nos sacara de la rutina de clases, exámenes y demás era recibida con alborozo por los malos estudiantes, que éramos el grueso en aquel colegio de las Carolinas Altas, en el que recalé después de ser expulsado de los “Maristas” por “bueno” (bueno y por suspender todas las asignaturas y fugarme las clases). Así que una excursión a una fábrica de chocolate con posterior degustación, era casi tocar el cielo con las manos.

 La cosa empezó en plan tranquilo, dentro de lo que cabe. Nos dieron una charla sobre el origen del chocolate y demás y luego pasamos a la fábrica. Ahí fue cuando la cosa empezó a ponerse divertida. Había una maquina que amasaba el cacao con el azúcar, que formaba un enorme rollo en una gran cuba e iba girando y girando y la gente ya ahí empezó, cuando no miraban, a meter el dedo en el rollo. Había un recipiente enorme con manteca de cacao y la peña se guardaba trozos en los bolsillos y así, lo mejor vino cuando llegamos a la máquina que embalaba las chocolatinas “Buana” que entonces, en la tienda, costaban una peseta. Estas salían hacia una bandeja, donde unas operarias las apilaban y las guardaban. Entonces, los más altos se pusieron delante a tapar y distraer a las operarias y otros conforme pasaban, de cada tres, levantaban una. Hasta que nos hicieron movernos de allí, nos debimos de llevar unas 15 ó 20 chocolatinas.

 Pero lo mejor vino al final. Terminada la visita nos dieron a cada uno un vale para tomar una taza de chocolate y un bollo o unos churros en una chocolatería que era de la empresa (y que, como no, se llamaba Buana). Pues ahí fue la  hecatombe. 4 dependientas intentando lidiar con 80 berracos pidiendo chocolate y bollos a la vez, nos llevó a varios a utilizar el viejo truco de “oiga que el mío no me lo ha puesto”. Así que hubo quien se calzó cuatro tazas de chocolate y otras tantas piezas de bollería.

 De vuelta al autobús, la conjunción de las curvas de la antigua nacional, con la ingesta masiva de chocolate, acabó con potadas diversas de más de uno, el consiguiente cabreo del chofer y los profesores y un pestazo en el autobús que no os quiero ni contar.

 Creo que esa fue la última excursión que hicimos con el colegio.

sábado, 28 de enero de 2012

ESTA S.O.P.A. SI ME GUSTA.




Con todo el lío de la tan traída y llevada ley S.O.P.A. hoy  he preparado una que sí me gusta y, que al contrario que la otra, es saludable, nutritiva y llena de vitaminas. Una sopa de cebolla, con su pan, su huevo escalfado y su quesito gratinado. Ideal para un día como hoy, gris, frío y lluvioso, en el que lo que menos apetecía era hacerse un filete con ensalada. Más sencillo y rápido de lo que pueda parecer, todo un lujo y barato, oiga, barato, que como está el patio, siempre es de agradecer.


Necesitareis (para dos o tres comensales. Según el hambre)

 4 cebollas
 1 litro de caldo o agua con pastillas o con concentrado de carne o agua sola.
 5 cucharadas de aceite
 Pan de miga prieta
 1 huevo por comensal
 1 diente de ajo
 1 cucharadita de almendra picada
 ½ cucharadita de pimentón dulce
 Queso rallado al gusto
 Sal, pimienta, tomillo y romero






Pelar y cortar en juliana las cebollas






Poner 4 cucharadas de aceite en una olla poner la cebolla, salpimentarla y pocharla  a fuego bajo hasta que esté bien blandita.





Añadir el tomillo y el romero y dejar que se impregne bien.






Verter el caldo sobre la cebolla, subir el fuego y cuando arranque a hervir dejarlo como 10 minutos.





En una sartén pequeña poner a freír en una cucharada de aceite, un ajo machacado. Cuando empiece a coger color, añadirle la almendra picada y, por último, el pimentón. Dar un par de vueltas y añadir a la olla.


Cascar los huevos y cocer 5 minutos más.





Cortar el pan en rodajas finas y tostarlo un poco en el grill.






 Poner el pan en cazuelitas  que resistan el calor. Verter la sopa por encima. Cubrir de queso rallado y poner a gratinar en el horno hasta que se funda y dore el queso.









Tomar la cuchara con la mano derecha, el vaso de vino con la izquierda y disfrutar.

jueves, 26 de enero de 2012

EL POLLASTRE IRLANDES






Esta es una receta que llevaba tiempo queriendo hacer pero siempre se me olvidaba comprar uno de los ingredientes principales.
 Es sabido que el pollo y la cerveza se llevan muy bien a la hora de cocinar. Al ser su carne  de poco sabor, la cerveza le da más enjundia y yo llevaba tiempo queriendo probar a hacerla con Guinness, la exquisita negra irlandesa y el otro día por fin me acordé y cogí una lata tras haber echado al carro unos contra muslos.
 Elegí contra muslos porque es una carne más agradecida para los guisos que la pechuga que suele quedar algo reseca. También le puse unas habas tiernas que se me habían olvidado en el Crisper y estaban ya algo pochas para comerlas crudas. Decidí no ponerle más que sal y un poco de pimienta por que pensé que la Guinness ya tenía bastante personalidad y acerté, quedó muy sabroso sin pecar de pesado y el pan se mojaba solo.







 Necesitareis (para cuatro personas):

 4 contra muslos deshuesados y sin piel.
 1 lata de Guinness
 2 dientes de ajo
 1 cebolla
 1 zanahoria
 1 tomate
 1 rama de apio
 250 grs. de habas
 2 patatas
 Sal y pimienta







Como hacerlo:






Salpimentar el pollo y dorarlo en una sartén para sellarlo. Reservar.






Cortar la cebolla en juliana y pocharla hasta que empiece a ablandarse.

Picar la zanahoria, el apio y el tomate Añadirlo a la sartén



                                    



 Poner el pollo en una cazuela lo bastante grande para que quepa con holgura






Cuando las verduras estén tiernas, volcarlas sobre la carne. Mezclar bien.







Subir el fuego y añadirle la lata de Guinness. Esperar a que comience a hervir

 Bajar el fuego y cocinar unos 20 minutos











Las patatas se lavan bien, se cortan en cuadraditos  sin pelar y se fríen en aceite. Se escurren y se añaden en el momento de servir.

jueves, 19 de enero de 2012

LA ESPAÑA DEL FOIE GRAS APIS.



A mediados de los sesenta, España comenzaba a salir tímidamente del pozo de miseria en que la había sumido la guerra civil.
Hacía poco más de una década que se habían suprimido las cartillas de racionamiento y López Rodó ponía en marcha el 1er plan de desarrollo para intentar sacar al país del sistema autárquico que era insostenible.
 Se primaba el ahorro en todas sus facetas. “La Caja de Ahorros del Sureste de España” puso en marcha la llamada “libreta infantil de ahorro" con la que se pretendía inculcar en los niños la “virtud del ahorro” (lo poco que se podía ahorrar) y donde la muchachada llevábamos las pocas perrillas que habíamos conseguido reunir y veíamos con tristeza como un señor con traje y corbata los convertía en números escritos con pulcra caligrafía inglesa, en una libreta de papel.
 De todos modos no había mucho en que gastar. Si viéramos fotos de los escaparates de antaño y los comparáramos con los de hoy en día, nos sorprenderíamos de la escasez de objetos que ofrecían. Los aparatos de radio, de madera o baquelita, duraban toda una vida, los televisores, aparte de en blanco y negro, eran escasos, por que poca gente podía permitirse adquirir uno. Los tocadiscos (o Picús, como decían nuestras madres) eran objeto de deseo por los entonces llamados “chicos yeyé” pero tampoco abundaban y era normal que se alquilasen puntualmente para algún guateque (Pepe Savall comenzó su negocio alquilando estos aparatos) y en cuanto a batidoras, aspiradoras y demás electrodomésticos, la oferta era escasa y la demanda justita.

 La alimentación sufría la misma escasez  de variedad. En España se comían mayormente legumbres, arroces,  patatas, hortalizas, pescados baratos como las sardinas, los júreles, las bacaladillas y carnes sobretodo para guisar. El muestrario de conservas era entonces sota, caballo y rey. Botes de tomate, de leche condensada, latas de sardinas, de atún y de mejillones en escabeche, si acaso, botes de alcachofas, de aceitunas (La Española una aceituna como ninguna) y las latas de foie gras Apis, que eran una de las cosas exóticas que a los niños de entonces nos ponían en el bocadillo.
 En las tiendas de ultramarinos de entonces las cosas principalmente se vendían al peso y la gran balanza, con su larga y roja aguja protegida tras un cristal, presidía el mostrador, junto con un enorme molino de café con su tolva de vidrio, tras la que se veía la cámara frigorífica con sus puertas de madera y cristal donde se guardaban cervezas y gaseosas. El café entonces venía en grano en los paquetes. Algunas casas tenían molinillo de café (yo recuerdo de muy pequeño uno manual de madera y metal que luego se cambió por uno eléctrico) , pero muchas mujeres le pedían al tendero que les moliese el café. Este sacaba unas enormes tijeras y cortaba la parte superior del paquete, vertía el contenido en la tolva y encendía el artefacto. Ponía en la boquilla inferior el mismo paquete vacío mientras, con un ruido agudo y penetrante, la máquina iba moliendo el grano y la tienda se llenaba de ese olor característico. El molino tenía también  otra entrada donde se rallaba el pan que algunas clientas llevaban duro de sus casas.

  En la casa de mi primera infancia, mi madre compraba las cosas en la tienda de
Pepe Toni (que ensaimadas, hummm.) o en la que las madres del barrio llamaban la tienda de la mancha. Que no era por que los dueños fueran manchegos si no por que la propietaria era una señora que tenía un angioma que le cubría media cara. En la casa donde fuimos después a vivir (y donde aún viven mis padres) el ultramarinos era el de Tomás, que es del que yo recuerdo más cosas. Entre ellas el molino que he descrito antes. Tomás era un señor bajito, con el pelo ondulado repeinado hacia atrás, gafas de pasta y una bata blanca con la que parecía haber nacido. Era el típico tendero de entonces. Obsequioso con las clientas, de trato algo untuoso y bastante agarrado, aunque a las mejores clientas no tenía reparos en fiarles.

 
Lo del foie gras Apis viene a cuento por que si a cualquier niño o joven de hoy en día, que pueden elegir entre treinta cereales, veinte tipos de galletas, lácteos y bollerías para aburrir, lo trasladáramos a una de aquellas “tiendas de comestibles” se sorprendería al comprobar que entonces podías como mucho optar entre las galleta María Fontaneda y las Chiquilín Artiach, el queso manchego y el de bola, el chorizo de Cantimpalo y el Pamplonés, el café natural y el torrefacto, el Cola Cao o el Nesquick, la leche condensada “La lechera” o la “Nutricia”, el té Pompadour o el Hornimans y le foie gras Apis o el foie gras Apis. No había más. Pensar hoy en día, que la variedad de patés que puedes encontrar en un supermercado tiende al infinito, que hace 45 años solo existían aquellas humildes latitas blancas y azules o que en un solo pasillo del Carrefour hay más variedad y cantidad de comida que en todo el ultramarinos de nuestra infancia, es algo que no nos debería dejar indiferentes.


miércoles, 18 de enero de 2012

PAN TORRAO CON MANTECA DE BLANCOS

Este era, en mi infancia,  un desayuno habitual en “El Pinós”, el pueblo de mi padre. La manteca de blancos era  la grasa especiada resultante de cocer los “blancos” o” blanquets”, un embutido típico de muchos pueblos de la provincia. Es una morcilla sin sangre que se suele poner sobretodo en el cocido, aunque tiene otras muchas preparaciones y dejándola secar un poco está riquísima cruda.

 Una buena rebanada de pan de coca “torrada” a las brasas, generosamente untada de manteca, una pizca de sal y un buen café con leche o, para los más aguerridos, un buen vaso de vino y salías a la calle “fet un home”, dispuesto a comerte el mundo y con más energías que una pila alcalina.

 Esos desayunos contundentes se van perdiendo cada vez más. Las prisas nos abocan a tomar un café rápido antes de salir de casa. Pero a veces, cuando hemos dormido en casa de mi hermano, en el pueblo, me he levantado temprano, he encendido un buen fuego y con el perro dormitando a mis pies he vuelto a cumplir el antiguo rito de prepararme una buena torrada de pan de miga prieta con manteca de blanquets y mirando el bailoteo de las llamas me he dejado llevar por la nostalgia de esos tiempos en los que la felicidad eran cosas tan sencillas como estas.


martes, 17 de enero de 2012

UNA DE COCIDO.



El plato de cuchara por excelencia, el cocido, en todas sus variantes territoriales es un compendio de productos que abarca toda la pirámide alimenticia.
 Verduras, legumbres, tubérculos, carnes, grasas, etc.…. Componen un plato que en condiciones normales te da para comer tres días y te obliga a aguzar el ingenio a base de purés, ropas viejas y demás apechusques comestibles.
 La base principal son las carnes grasas, la patata y los garbanzos.
Luego las hortalizas ya varían según la zona donde se elabore, pudiendo incluir repollo, zanahoria, nabo, chirivía, apio, puerro, etc.… y generalmente también se le añaden tocino, embutidos frescos (morcilla, blancos, morcón, chorizo…) y en muchos sitios, unos rellenos hechos con miga de pan o carne picada.
 Normalmente, si exceptuamos el cocido Maragato que lo hace al revés, se suele servir primero el caldo en una sopa que lleva pan o pastas para sopa (fideos, galets en Cataluña, semolina, etc.…) para, una vez acabado pasar a la enjundia donde por lo general se sirven en una fuente los garbanzos, patatas y demás verduras y en otra las carnes, embutidos, tocinos y rellenos.

 A continuación os doy la receta del mío.

 Necesitareis: (para cuatro personas)

 300 gramos de garbanzos secos.
 4 patatas
 1 puerro
 1 nabo
 1 chirivía.
 6 zanahorias
 2 ramas de apio
 1 cuarto de gallina
 250 gramos de carne de morcillo, jarrete o garreta.
 2 huesos de caña
 1 trozo de tocino
 4 pelotas de relleno
 Sal, 12 bolas de pimienta y 1 hoja de laurel
 Unas hebras de azafrán
 Agua (unos 2 litros)

 Como hacerlo:

 La noche antes poner los garbanzos en remojo. Al día siguiente, escurrir los garbanzos y ponerlos en una red. Poner en la olla Express, los garbanzos, el nabo, la chirivía, el apio, el puerro, las carnes, los huesos, el tocino, dos zanahorias, la sal, la pimienta, el laurel y el azafrán. Añadir el agua, cerrar la olla y poner a fuego fuerte hasta que salga el vapor o el pitorro se haya levantado, (el de la olla, mal pensados) bajar el fuego y dejar cocer 30 minutos. Apagar el fuego y dejar que la olla pierda presión.

 Sacar entonces todos los ingredientes y volver a meter los garbanzos junto con las patatas peladas, las otras 4 zanahorias también peladas y las pelotas de relleno. Cerrar de nuevo la olla, poner al fuego y cuando salga el vapor, etc.… dejar cocer 6 u 8 minutos más.
 Después comer a gusto de cada uno


domingo, 15 de enero de 2012

COCA TRAMPOSA




Coca tramposa

Al final me he despistado yb se me ha quemao una miaja. Pero esta es una coca que se hace en un pis-pas y casi no hay que manchar cacharros. Más facilón imposible.

 Necesitareis:

 1 lamina de hojaldre del super
 1 bandeja de escalibada del mismo super (o de otro, que no hay manías)
 1 lata de atún en aceite
 1 puñado de alcaparras en vinagre.
 1 huevo









 Estirar la lamina de hojaldre, pincharla con un tenedor para que no suba y doblar los bordes. Repartir los demás ingredientes por encima, pintar de huevo batido y hornear hasta que esté dorado. (Ojo, que no os pase lo que a mí que se me ha ido la pinza)



 Hincarle el diente.







Aviso modo Falsarius: Esconder bien las bandejas y decir que os habéis tirado dos horas haciendo el hojaldre y la escalibada.

sábado, 14 de enero de 2012

PALMERITAS DE PESTO



Esta receta la vi en “Directo al paladar” uno de los mejores blogs de cocina del mundo hispano y esta mañana mientras esperaba que el cocido se hiciera, la he puesto en práctica.
 Es simple como el asa de un cubo y está tan buena que es adictiva, (he tenido que cerrar la bolsa donde las he puesto por que ya me he comido tres).

 Necesitareis:

 2 láminas de hojaldre del súper.
 1 bolsa de salsa pesto del mismo súper.

 Como hacerlo:

 Estirar las láminas de hojaldre, extender el pesto por encima, enrollar de los dos lados, cortar en lonchas finas, hornear y comer con gula

jueves, 12 de enero de 2012

UN PIMIENTO TRISTE Y SOLO





 Eso es lo que me encontré hoy al rebuscar en el cajón de las verduras del Frigo. Un pimientito morrón que empezaba a mostrar los primeros síntomas de la pochez, pero que aún podía ofrecer todo un mundo de posibilidades y sabores. Me miró con ojos tiernos como diciéndome ¿y yo que? Así que no me pude resistir y decidí hacerle un relleno digno, con unos filetes de pechuga que también andaban pidiendo a gritos una oportunidad..







Necesitareis: (para una persona o por persona)

 2 filetitos de pechuga finos
 1 pimiento no muy grande
 ½ cebolla pequeña
 1 zanahoria
 Una cucharada sopera de arroz en crudo.
 1 diente de ajo
 1/4  cucharadita de curry
 2 cucharadas de aceite
 Sal y pimienta








 Como hacerlo:

 Cortar la parte superior del pimiento y limpiarlo de semillas y nervaduras.








 Picar la pechuga a cuchillo bien fina. Reservar.












 Picar el ajo y la cebolla y rallar la zanahoria







En una sartén poner el aceite y rehogar el ajo y la cebolla hasta que transparente.








Mientras, cocer el arroz en agua con sal hasta que quede medio hecho.

 Añadir la zanahoria y rehogar hasta que ablande.








 Añadir la carne y remover bien hasta que cambie de color.







 Echar el arroz y mezclar bien.






 Salpimentar y añadir el Curry. Apagar el fuego.







 Rellenar el pimiento, apretando bien el contenido con una cucharilla.








 Tapar con la parte superior del pimiento, precalentar el horno unos 10 minutos y hornear a 180º de 25 a 30 minutos.













Servir acompañado de una buena ensalada..

 Nota para vegetarianos: La carne se puede sustituir por berenjena en daditos, champiñones o setas de cardo.

martes, 10 de enero de 2012

TATÍN, LA TARTA DEL REVES.





Esta tarta, que idearon las hermanas Josephine y Caroline Tatín en su hotel de  Lamotte-Beuvron y de la que la leyenda cuenta que surgió de un error, es una auténtica delicia para los golosos.

 Tiene la particularidad de que se elabora al revés, es decir, que primero se pone el azúcar, que caramelizado formara la cobertura de la tarta, después la manzana y cubriéndolo todo la lámina de masa, que puede ser hojaldre, brisa o quebrada, para una vez horneada, darle la vuelta. Yo no tenía masa preparada e improvisé una que me ha quedado muy rica.

 Necesitareis:

 Para la masa.
 1 vaso de harina
 ½ vaso de aceite
 1 huevo
 Dos cucharadas de leche
 1 cucharadita de levadura Royal
 Sal.

 Para el relleno:
 4 manzanas
 8 cucharadas de azúcar
 1/2 vasito de moscatel
 Canela en polvo

 Como hacerlo:








Para la masa, poner todos los ingredientes en un cuenco y amasarlos hasta que se liguen. Dejar reposar.
 Pelar, cortar en gajos y descorazonar las manzanas, poniéndolas en un cuenco con agua y limón para que no se oscurezcan.






 En una sartén (o en el molde si es resistente al fuego) poner el azúcar y derretirlo hasta que se haga caramelo.






 Escurrir la manzana y disponerla de forma circular, añadir el moscatel y si es necesario un par de cucharadas de agua.






Bajarle el fuego y dejar cocer hasta que la manzana esté blanda y oscurita.







Dejar reposar la masa en un lugar templado media hora, volver a amasar y estirar con el rodillo. Recortarlo del tamaño del molde.





 Pasar la manzana al molde y cubrirla con la lámina de masa.






   Meter al horno precalentado y hornear a 180º durante 20 minutos.

  Sacar y dejar enfriar un par de horas.






Para desmoldarlo, ponerlo medio minuto sobre el fuego, poner un plato encima y voltearlo. 














Se puede acompañar con nata montada pero eso ya creo que es pecado.