Siguiendo con los salazones varios hoy os presento un experimento que ya hice otra vez y queda de lo más rico. En el blog “El Comidista” se hacía un roast beef previamente adobado en sal y yo pensé en algo que normalmente se vende ya en salmuera como es el codillo de cerdo. Últimamente, en el Mercadona los venden en fresco en el mostrador de carnicería y es una pieza que me gusta mucho. Así que compré uno y lo dejé en sal gorda unas 12 horas. Hoy lo he sacado del salazón, lo he enjuagado bajo el grifo y lo he metido al horno, con unas patatas pequeñas enteras con piel, una cebolla partida por la mitad y un generoso chorretón de vino tinto, pimienta y hierbas. Nada más. Y nada menos.
Necesitareis:
1 codillo de cerdo fresco.
1 kilo de sal gruesa.
1 cebolla.
6 ó 7 patatas pequeñas.
1 vaso generoso de vino tinto.
Sal, pimienta y hierbas provenzales.
Como hacerlo:
12 horas antes, ponéis en una fuente un dedo de sal gorda, el codillo encima y lo cubrís con el resto de la sal.
Lo tapáis con un papel de aluminio y lo dejáis en la nevera.
Ponéis el horno a precalentar a 250º, sacáis el codillo de la sal, lo enjuagáis bajo el grifo y lo secáis con papel de cocina.
Untáis de aceite una bandeja de horno ponéis el codillo, las patatas lavadas y la cebolla pelada y cortada en dos
Tapad bien con una hoja de papel de aluminio y meted al horno a 250º durante una hora.
Comer a voluntad.
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