El ossobucco en
Italia viene a ser lo que la paella en
Valencia o el arroz abanda en
Alicante. Cada italiano tiene su receta propia que considera la única
autentica, considerando las demás como unas falsas advenedizas. Yo, el primero
que hice, lo saqué de un libro de cocina mediterránea escrito por una inglesa y
traducido en Argentina, así que imaginaros.
En definitiva lo más
importante es el mismo Ossobucco, la pieza de carne de la pierna del animal,
cortado a la contrafibra y con el hueso redondo en el centro, cuyo tuétano le
da melosidad al plato, hecho al horno con una salsa de tomate y verduras y
aderezado casi al final con la llamada “Gremolatta”, una mezcla de perejil
picado, romero y corteza de limón rallado que le da un sabor característico.
Se acompaña casi
siempre con pasta lunga (Tagliatelle, spaghetti…) o con arroz blanco.
Necesitareis:
(por persona) 1 pieza de ossobucco si es de vaca, 2
si es de cerdo
2 tomates
1 zanahoria
2 cucharadas de fritada
1 vaso de vino blanco
Harina
Perejil
Romero
Corteza de limón rallado (solo
lo amarillo)
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
Como hacerlo:
dorarla en aceite bien caliente. Retirar a una bandeja de
horno. Escurrir casi todo el aceite.
Rallar una zanahoria
Dos tomates maduros
Poner en la sartén y rehogar bien hasta que esté tierno.
Añadir la fritada, remover.
Volcar en la bandeja de horno alrededor de la carne.
Añadir el vaso de vino.
Meter tapado al horno
a 180º durante 40 minutos.
Picar bien fino el perejil, el romero, la corteza de limón y un poco de pimienta para hacer la "Gremolatta"
Sacar del horno verter la Gremolatta sobre la carne y
gratinar 5 minutos.
Servir con arroz o pasta y un buen vino “ad libitum”.
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